Los televidentes de EEUU desconectan el cable

Cada año un mayor número de clientes opta por cortar el cordón umbilical que le une a su proveedor de cable. Los servicios de streaming bajo demanda y a bajo coste resultan mucho más atractivos para toda una nueva generación. ¿Qué planes tienen las compañías de cable y las de Internet para conseguir llevar a los espectadores a su lado de la balanza?

Cada año un mayor número de clientes opta por cortar el cordón umbilical que le une a su proveedor de cable. Los servicios de streaming bajo demanda y a bajo coste resultan mucho más atractivos para toda una nueva generación. ¿Qué planes tienen las compañías de cable y las de Internet para conseguir llevar a los espectadores a su lado de la balanza?

Aunque algunos gurús llevan años anunciando la inminente muerte de la televisión tradicional, la realidad es que la agonía está siendo más lenta de lo esperado. Sin embargo, nos encontramos en un momento clave para que se produzca la revolución digital de este medio de comunicación.

En un artículo publicado en “The Economist”, se enumeran algunas de las razones por las que millones de espectadores podrían abandonar su servicio de televisión por cable, tales como el alto coste, una oferta anticuada, un pésimo servicio al cliente o una predilección por los servicios de streaming bajo demanda a menor precio.

El uso de Netflix y otros servicios similares se ha disparado hasta tal punto que la mitad de los hogares de EEUU están suscritos al menos a uno, aunque en la mayoría de los casos solo es un complemento a su servicio de cable sin llegar a sustituirlo.

Para revertir esta situación, empresas como Amazon, YouTube y Hulu están negociando para ofrecer televisión en directo en Internet a finales de año o principios de 2017. Su intención es emitir contenidos de las principales cadenas de tv de EEUU, con especial atención a los deportes y el entretenimiento. Y todo ello a un precio de 40-50 dólares, la mitad de lo que los telespectadores pagan al mes por su servicio de cable.

En el caso de la televisión tradicional, ha comenzado a acelerarse la desconexión de los clientes. El número de usuarios que abandonan el cable anualmente supera desde 2013 al de los que se incorporan. En 2013 y 2014 fueron poco más de medio millón de hogares, sin embargo en 2015 se perdieron 1,1 millones de abonados. Ni siquiera una cadena deportiva como ESPN, propiedad de Disney, consiguió retenerlos.

Pero los operadores de cable tampoco van a quedarse de brazos cruzados. Son conscientes de que es muy difícil atraer a los millennials, a los que catalogan como “cord-Nevers” (los que nunca tendrán cable), y es casi imposible competir con los servicios de streaming en Internet que cuestan entre 10 y 15 dólares mensuales. Su única opción es ofertar paquetes de “triple play”, que combinan Internet, televisión y telefonía, a espectadores de edad más avanzada.

Las compañías de Internet no lo van a tener fácil. Apple no pudo lanzar su servicio de televisión en directo el año pasado, quizás porque no se puso de acuerdo con los canales locales sobre cuánto debían recibir por las emisiones. Pero lo cierto es que los operadores de cable saben que tienen ante sí el reto de evitar que la televisión siga los pasos de la música y se “spotifyce”.

 

Fuente: Media Tics

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