Los inventores de la televisión del futuro
Es el trabajo soñado para muchos: ver programas de televisiones de todo el mundo para intentar descubrir, desarrollar o inventar conceptos e ideas con los que construir un formato de éxito. A esta tarea dedican su día a día los departamentos de I+D de las productoras, grupos de entre dos y diez personas que también se encargan de diseñar la presentación de estos innovadores espacios a las cadenas. De estos «laboratorios» han nacido éxitos como «Tu cara me suena», vendido a más de cuarenta países, «Mi madre cocina mejor que la tuya», uno de los formatos españoles más versionados en el mundo según la consultora The Wit (Miptv) o el reality «El Puente».
Sin embargo, resaltan los creativos que trabajan en estas tareas de desarrollo, estos ejemplos de éxito son una excepción: apenas entre el 1 y el 5% de los formatos que crean acaban en parrilla. «En este oficio hay que estar preparado para la frustración constante. Si decimos que en televisión solo el 20% de los programas son un éxito en nuestro área el porcentaje de ideas que sale adelante es similar», cuenta Sergio Lizarraga, responsable del área en Secuoya. «Es un hecho que las televisiones prefieren apostar por formatos testados en otros países. Les da mucha seguridad el poder ver claramente qué es lo que están comprando. Y esto es algo que no tiene nada que ver con la calidad de estos proyectos, sino con la demanda», añade Javier Pereira, su homólogo en Zeppelin.
Por eso, otra gran labor de estos creativos es la adaptación de formatos internacionales al mercado local. «Esta labor, muchas veces ignorada, requiere a veces más trabajo creativo que idear un programa desde cero, porque tienes los límites que te marca el formato y para adaptarlo a tus necesidades debes valorar muchos parámetros», reconoce Encarna Pardo, responsable de Boomerang («La voz»). «El mercado español es muy de tantear, ver las marcas que funcionan y adquirirlas. A veces hay que trabajar mucho en la adaptación, y en eso nosotros somos muy fuertes. A “¿Quién quiere casarse con mi hijo”, por ejemplo, le quitamos lo ceremonial y le añadimos humor desde el casting a la posproducción; y “First Dates”, semanal, lo convertimos en un diario», subraya Pablo Abelenda, jefe de desarrollo en Warner.
En grandes productoras, como Gestmusic («OT», «Tu cara me suena»), este departamento se encarga también de desarrollar nuevos giros y elementos para mantener formatos de éxito que llevan tiempo en parrilla. «De aquí nace la renovación digital que ha relanzado “OT”, con una estrategia creativa más acorde con los tiempos actuales», puntualiza Ángel Custodio, que dirige el equipo de Gestmusic.
La inspiración para un nuevo proyecto puede llegar de cualquier sitio, desde «conversaciones en la cola de la farmacia hasta la publicidad que dejan en el parabrisas del coche», bromea Vanessa Palacios, directora de I+D en Globomedia. «Hace años nuestro trabajo era prácticamente ver televisión, pero ahora consumimos contenido audiovisual en general, porque tenemos que crear contenidos para ventas de diferente tipo, con objetivos y espectadores muy variados, así que las ideas las sacamos de todos lados», cuenta. De hecho, la productora tiene una división digital liderada por Maya Maidagan enfocada exclusivamente al mundo digital. «Aunque la inspiración necesita de una actitud constante de predisposición a dejarse inspirar. A veces se puede encontrar en las cosas más mundanas», apunta Amparo Castellano, responsable de programas como «Radio Gaga» (DLO), que reflejan fielmente esta filosofía.
En Shine iberia («MasterChef»), por ejemplo, convocan un concurso de creatividad interna para rescatar buenas ideas de todos los trabajadores del grupo. «Otra vía es el trabajo con terceros. Hay mucha gente con grandes ideas que llegan a nosotros, y trabajamos con ellos para hacerlas viables y desarrollar juntos el trabajo de producción», añade Josean Boada, director de desarrollo de la empresa.
Del ping pong al simulacro
«Nuestra forma de trabajar es divertirnos, empezar a tirar un montón de paridas y luego acomodarlas, ordenarlas, darle forma y estructura y claro esto no sale siempre», puntaliza Abelenda, que reconoce que si en dos o tres semanas no han sacado adelante una idea la descartan. El trabajo de «ping-pong» con el equipo es también fundamental, ya que las críticas de alguien ajeno al proyecto pueden ser determinantes para que este avance o mejore.
Pese a todas estas pruebas «teóricas», a la hora de sacar adelante un formato original (denominado en el argot «paper format»), la mejor prueba que se puede hacer es grabar un piloto y, a partir de él ajustar lo que sea necesario. «Es una inversión que merece la pena, pero no siempre se puede hacer», reconoce Lizarraga.
Hay géneros, como los concursos para los que se hacen test específicos. «Hacemos lo que los ingleses llaman un “round through”: poner a concursar a gente de la casa o amigos en una versión casera que sirve para testar las reglas, el ritmo y los tiempos de todas las rondas», apunta Pereira. En la fase de desarrollo de «El Puente», por ejemplo, organizaron un simulacro del programa en el embalse de Pedrezuela (Madrid) con varios desconocidos.
Sin receta
Todos los creativos destacan que no existe ningún patrón infalible para triunfar. Sorprender, emocionar, conocer a tu público, contar historias con interés y humor y recurrir a ideas sencillas y fácilmente reconocibles son algunas de las claves. «Y aún así nada te da la seguridad de que vaya a funcionar, porque hay otros factores que intervienen a la hora de producir y de emitir. Algunos de esos factores están controlados, pero muchos no», argumenta Carlo Boserman, director general de Izen Producciones, que produce, entre otros, la Gala Inocente, una idea que lleva más de veinte años en antena.
«Las ideas originales resurgirán», augura Víctor García (Unicorn). «Con tantas ventanas, podremos tirar más de historias locales y ahí los formatos internacionales tienen las de perder».
Fuente: Abc