Dispositivos móviles y redes sociales han transformado los hábitos frente a la televisión

La televisión y las redes sociales no son enemigos, sino que más bien podría decirse que forman un buen equipo. Los usuarios disfrutan en las redes sociales mientras ven la televisión, es un gran pasatiempo. Además, muchas de las conversaciones sociales que se generan en torno al programa de turno siguen en el entorno 2.0 después de que éste haya finalizado. Este hábito por parte de los telespectadores puede beneficiar mucho a la televisión, y, por extensión, a los anunciantes. La actividad social permite extender la notoriedad del programa más allá de los límites de la señal analógica, pudiendo mantener el interés por su contenido y todos los aspectos con él relacionados, llegando además a otros usuarios.

El último informe de Business Insider Intelligence analiza en profundidad la la televisión social, las tendencias, audiencia y cómo los anunciantes y las cadenas deben reorientar su estrategia de comunicación, desarrollando nuevas acciones y aprovechando el interés social para generar engagement y fomentar la participación de la audiencia.

La televisión social es una realidad

Se trata de un hábito establecido, que se ha hecho extensivo a las audiencias de todo el mundo. Esta actividad crece a medida que las nuevas tecnologías se integran en nuestro día a día. El uso de los smartphone y las tabletas frente al televisor incitan a la actividad social, a publicar sus comentarios y compartir información sobre lo que están viendo con sus contactos a través de las redes sociales. E 40% de los usuarios de dispositivos móviles en Estados Unidos recurre a ellos cuando se sienta frente al televisor, un hábito especialmente común entre los usuarios de smartphone, quienes prefieren consultar sus perfiles sociales, antes que las webs de compra.

Tiene múltiples aplicaciones

La televisión social tiene muchas posibilidades; bien aplicadas, pueden generar feedback positivo y crear  acciones publicitarias multipantalla. La monitorización de la conversación social es muy útil a la hora de diseñar el planning de la programación. Los comentarios y sugerencias de los seguidores de un programa pueden ayudar a mejorar el mismo, además, si la audiencia se siente escuchada reaccionará positivamente, aumentando su participación. Los anunciantes pueden comprobar al momento la repercusión de sus campañas, diseñando acciones dirigidas a obtener una respuesta inmediata. Para ello es necesario un cambio de mentalidad, la televisión ya no es una caja tonta, sino un medio para difundir contenido, cuya respuesta tiene lugar en el medio online.

Todas las redes sociales intentan sacar tajada a la televisión social, pero Twitter es la reina indiscutible

Su inmediatez y agilidad a la hora de transmitir mensajes la han convertido en el altavoz del sentir general. Todo programa que se precie ansía un trending topic de su hashtag en el horario prime time. Twitter estima que durante el pasado año 32 millones de personas recurrieron a su plataforma para comentar sobre lo que estaban viendo en televisión. Otra de sus ventajas es que su información es abierta, y totalmente pública, facilitando con ello el engagement entre la audiencia en general, y la relación de ésta con el programa. Además es la plataforma social que más ha apostado por la televisión social, invirtiendo en herramientas y nuevos servicios que permitan a los anunciantes aprovechar todo su potencial. Así hace poco más de un mes Twitter lanzaba Amplify, un servicio mediante el cual es posible añadir a los tuits en tiempo real vídeos relacionados con el programa que se está emitiendo. De este modo, se mejora notablemente la experiencia de usuario y se fideliza a la audiencia. Junto a este servicio, Twitter puso en marcha un programa que permitía a los anunciantes sincronizar sus anuncios en televisión con los de Twitter. De este modo se amplifica su cobertura y la efectividad de la campaña.

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